PROGRAMA

Programa de Literatura
2011
Eje temático: La adversidad.




Unidad 1: El cumplimiento del deber en momentos de adversidad.
Literatura Griega y Romana.
Sófocles; “Antígona”.
Virgilio; “La Eneida”.


Unidad 2: La fe y la esperanza como escudos frente a la adversidad.
Literatura Hebrea.
La Biblia.


Unidad 3: La adversidad como oportunidad para aprender y cambiar.
Literatura de la Edad Media.
Dante Alighieri; “La Divina Comedia”.


Unidad 4: La imaginación frente a la adversidad.
Nacimiento de la Novela Moderna.
Miguel de Cervantes; “El Quijote de la Mancha”.


Unidad 5: El amor más allá de la adversidad.
Literatura del Renacimiento.
William Shakespeare; “Romeo y Julieta”.







Eje temático para el año.
La Adversidad


El término adversidad, tradicionalmente, se ha utilizado para describir aquellas situaciones o sucesos que se caracterizan y están dominados por una importante cuota de infortunio y desgracia. También suele ser usado por las personas para referirse a aquellas dificultades o problemas a los que se deben enfrentar en su vida, es decir, todas aquellas cuestiones que significan una extrema dificultad y que requieren de paciencia y de una importante cuota de la virtud como la fortaleza para superarlos.
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Entonces,  la adversidad no es una situación que una vez que se sucede es imposible de revertir, muy por el contrario; sin embargo, requerirá de una fuerza, valor y persistencia  importantes para poder ser afrontada primero y superada después.

Todas las personas pasan por períodos de adversidad en los que se sienten sobrepasados por las dificultades, algunas más extremas que otras. Estas circunstancias forman parte de la vida de cada individuo y este deberá enfrentarlas con los recursos y posibilidades que su personalidad, su entorno y sus creencias, le permitan poner en juego. El fracaso y el triunfo resultan relativos ya que lo importante es la manera en que cada uno afronta la adversidad porque es ahí cuando se verá su grandeza o su fragilidad, su espíritu heroico, su capacidad, sus valores, su entereza.

Las obras clásicas representan la cosmovisión de las épocas en las que fueron creadas, responden por lo tanto a distintos perfiles humanos pertenecientes a contextos muy diferentes. En ellas encontraremos personajes que han permanecido vigentes más allá de la civilización y momento histórico en que fueron pensados, trascendiendo por su mensaje universal en el que todos podemos vernos reflejados.


La adversidad ha sido para ellos, punto de partida de grandes vivencias y sublimes aventuras. En ellos encontraremos diversas formas de enfrentarse a las dificultades como lo son el cumplimiento del deber más allá de todo conflicto (Antígona), la fe y la esperanza como escudo frente a los problemas (La Biblia), la posibilidad de enfrentarse a los propios miedos para aprender de ellos y superar así los obstáculos (La Divina Comedia). También conoceremos a un personaje entrañable que usó la imaginación para cambiar su opaca existencia,  ya que "le pareció  convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras…" ("El Quijote de la Mancha"). Por último, también el amor puede nacer de la adversidad, superando todo infortunio aunque sea de forma efímera, su vivencia puede superar toda condición y permanecer más allá de la muerte. ("Romeo y Julieta").

Todos ellos representan modelos distintos de cómo el ser humano puede afrontar los períodos adversos que se presentan en su vida. Ya sea por la fuerza del destino o por la intensidad de las propias pasiones, los veremos caer y levantarse, luchar y sufrir, transmitiéndonos incansablemente un mensaje que nos estaba esperando  a través de los siglos y los infinitos lectores.



"Un clásico es un libro que nunca termina de decir
lo que tiene para decir"
(Ítalo Calvino).